Como es de loca esta vida. Gaby Morales

Como es de loca esta vida, que ya ha transcurrido tanto tiempo y sin embargo te dejó pensando en lo que ya no vale la pena pensar, sino recordar, y te encontraste atrapado ahí en el pasado.

Los minutos corrieron mientras vos estás ahí sentado mirando por la ventana, pero viendo nada, dejando salir y entrar de tu cabeza esos momentos que se escapan de tu pasado por esa ventanita que no pudiste cerrar aquella vez.

Pero basta, ya es hora de cerrarla. ¿No será mejor agarrar alguna de las cosas que te puede estar ofreciendo el presente y no ves? Si abrís los ojos hoy, quizás te des cuenta que tenés en tus manos una red llena de mariposas, cada una de distintos colores, cada una con un lugar nuevo, cada una con un perfume diferente, cada una con momentos reconfortantes y momentos dolorosos, esos momentos que nos anguistian y que son las pruebas que nos pone ésta loca vida, parte de nuestro lado humano, que nos hace diferente a otros seres.

El verdadero sentido de nuestra vida está en poder superar estos desdichados instantes. Si no cerrás esa ventana corres el riego de que el pasado te invada y quedar dominado por amores que no fueron, por personas que no están, por sentimientos desencontrados, por errores, por proyectos fracasados.

Pero esta amenaza de invasión puede ser prevenida muy fácilmente. Si te proponés no pensar en lo que ya fue, sino recordarlo. Y sí…hay una gran diferencia entre el hecho de pensar y el de recordar.

Recordar es no olvidar. Desde mi punto de vista es imposible olvidarse de aquello que uno no quiere dejar atrás. Por eso el olvido no sería una solución. Recordar sería algo así como tener el pasado presente.

Pensar en cambio implica cuestionarse, intentar resolver esas preguntas a la que nunca les encontramos respuestas, como: ¿Qué hubiera pasado si…? Pero para mí eso no es nada saludable. Por el hecho de que dudo que encontrés alguna vez la respuesta.

Es por eso que te digo que mejor pienses en el tiempo del presente perdido pensando en el pasado e intentes dedicarles unos minutos menos e invertir los minutos recuperados en recorrer nuevos caminos.