miércoles, 13 de agosto de 2008

La Mandrágora - Juana Dib

Tápate los oídos que no sonaré a canto.

Oscurece tus ojos cuando arranques mi talle

y si puedes hacerlo... no lograrás que calle,

porque seré mandrágora desahogando mi llanto.

Me han regado las lágrimas del pecador y el santo,

mi raíz aumentaron y colmaron el valle,

en ella me sostengo y destaca el detalle

de mi cuerpo pequeño que se resiste tanto.

Si te hice bien o mal, según las circunstancias.

Si de mí te has cansado sin soportar mis ansias.

Si quieres desasirte sacándome de cuajo

y sientes el pavor por ayes lastimeros,

busca algún perro hambriento, búscalo entre los fieros,

sujétame a su cuerda, que él haga tu trabajo.

No hay comentarios: