En el centro de la habitación
la madre suspendida de su día final
lejos del árbol de raíz invertida
habla como si todos debieran escucharla
pero sólo la sorpresa deslizándose de la gastada boca
y palabras iguales a otros agonizantes
ella sin zapatos en el centro del mundo
contando las arrugas de un rostro que no reconoce
en un espejo
viendo regresar a la muchacha que fue entonces
cuando debajo de la noche soñó con el amor
y no esta casa derrumbada que es su vida
y el viento llama a la puerta siete veces
y ojos de miedo le dirán que no es tiempo
porque los días de oro aún se deben
la felicidad que ellos prometían está en mora
la madre en el centro del pozo
sin su vestido de baile ni la carroza del hada madrina
con manos piadosas invocando a los santos
los hermosos ausentes de la última hora
la madre en el centro del río
en la barca que guía un desconocido
oh dulce las imágenes te han abandonado
las aguas te retornan una materia niña
deseante sin memoria en busca de otro cuerpo.
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