Enseñame a escuchar el canto de los nuevos vientos.
Quiero aprender con tus años
lo que en mi desgastó el tiempo.
¿Puede un corazón en jaque mate entender
que no debe patear el tablero?
¿Puede un “si, quiero” asomar por la rendija
en la celda de un condenado?
Se termina el café, el “todo bien”, la palabras.
No quedan ojos que mirar, ni bocas por limpiar,
ni chistes por reír.
Muerdo y escupo un Mantecol.
Ella tiene tanta magia como para volver
amargo todo a mi alrededor.
Tirado entre las cuerdas del ring
quiero disculparme con los apostadores,
público en general,
pero me voy a retirar.
Caminaré por el pasillo de “salida”
entre los cristales destrozados.
Sin embargo espero llegar al camarín
y encontrarla, aunque sea en foto,
como quien espera un mañana,
como quien espera flores en la tumba,
como quien espera el milagro, para no ahogarse, y caminar sobre las aguas.
Autor: Eduardo Vilte
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