jueves, 16 de junio de 2011

Güemes y su época




Es sabido que la entrada del Capitán Valdés se efectúa con todo éxito el día 7 de junio, al anochecer y que sus 400 infantes rodean la casa del General, a consecuencia de lo cual hay un combate con la escolta de Güemes, y allí es herido de muerte el prócer. Lo que aconteció luego, también se conoce. Olañeta ocupa la ciudad de Salta con su ejército y trata de congraciarse con los enemigos del prócer herido. Su interés político, su alta política es lograr la paz con Salta, a fin de que este ejército del norte ya no amenace más a los relistas del Alto Perú. Pero lo que sí suele ignorarse, es que ese plan de Olañeta tuvo pleno éxito por la miopía o la incapacidad de los sucesores políticos de Güemes, que en agosto firmaron un armisticio con los realistas, el que resultó funesto para la causa de América, y sobre todo para San Martín. El ejército del norte se disolvió ese mismo mes, y a partir de ese momento Salta no volvió a intervenir ya más en la gloriosa guerra de la independencia. Pero, durante muchos años, los gauchos, los soldados y la mayoría de sus oficiales, lloraron su muerte y más de una vez levantaron el estandarte de su política, solidaria con la causa grande de América.

Termino completando un concepto inicial: Güemes puede servirnos de bandera en los momentos difíciles en que vivimos: su fuerte personalidad espiritual y política no puede estar reducida a una simple expresión folklórica, o a un sentimiento vago y egoísta de vanagloria local.

La política que practicó, sus sentimientos americanos, su concepto del territorio y de su integridad, su amor a Salta, a sus hijos, a su tradición, es algo que debe hacer meditar a todos, en estos tiempos de desorientación política que nos ha tocado vivir.



Autor: Juan Manuel de los Ríos

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