Tentanción Instintiva: Equivocación y Arrepentimiento - Speech de Guadalupe Michel Torino

Hoy no estás bien, sentís que fallaste y no sólo eso, sino que no concilias cómo pudo suceder. Vos siempre estuviste dispuesto a hacer las cosas como es debido, pero en esta oportunidad… eso no importó.

La triste realidad es que estás arrepentido, no sos capaz de perdonar un comportamiento que escapó a vos, que escapó a lo que en realidad te distingue y marca ante los demás.
Es durísimo admitir que uno es humano, por que esta situación existencial de homínido nos hace, principalmente, pecadores por excelencia. La persona es, consiguientemente, un ser condenado al error, a la equivocación.

Tu instinto pudo más que la razón, confundíste los límites y los traspasaste en una inconciencia que en el fondo es una justificación conciente de tu accionar y no sólo te defraudas a vos, a los demás también.

Y ahora duele, duele mucho, tal vez en exceso. Pasa que ahora tenés que tomar cartas en el asunto, vos sabés que te tenés que hacer cargo… vos sabés.

Y lo peor de todo este dolor, es que el desprecio es personal. Uno es el peor juez y cítrico de uno mismo, y, por ende, el más cruel y despiadado. Simplemente no sos capaz de perdonarte… ¿Cómo ser capaz de perdonarse una cosa así? Pensás…

Errores vas a cometer de acá en adelante, pero eso no significa que tengamos que vivir en un arrepentimiento insalubre y una congoja insufrible derivadas de una equivocación más.

Esto no significa que te acoraces atrás de la excusa del error. El truco está en saber transformar el acto negativo que hicimos en positivo. Por que, después de todo, lo que nos diferencia del animal es nuestra razón, esa facultad que nos condena… y nos redime dulcemente.

Aprendé a usar esta arma de doble filo y vas a ver que poco a poco los errores van a venir con menor frecuencia. Vas a ver que la tentación va a ceder… y va a ser solo eso una tentación controlada por tu mente…

Vos sos el más fuerte, esa fortaleza reside en vos, en nadie más que en vos…

guada...*